Para los que no lo sabéis aún, Apple se ha visto involucrada en varias batallas legales desde hace años, una en Estados unidos, que busca forzar a Apple a incluir cargas laterales en sus equipos iPhone, y la otra desde la Unión Europea debido a la Ley de Mercados Digitales (DMA).
Esta última ley ha sido foco de varios escándalos debido a las implicaciones que tiene, además de haber sido tachada por Apple como imprudente e insegura.
De aprobarse, la DMA obligará a Cupertino a cambiar por completo el funcionamiento de su tecnología, especialmente en lo que respecta a las restricciones de las Apps Store, la mensajería (iMessage), el FaceTime, los navegadores de terceros y Siri.
La DMA
Según un reciente reporte, MacRumors, renombrado medio de análisis de tecnología y noticias de Apple, ha asegurado haberse hecho con un borrador por terminar de lo que será el documento final de la DMA.
De esto ser cierto, habrá repercusiones enormes para Apple, sobre todo en la forma en que gestionan sus servicios y crean ecosistemas de seguridad cerrados.
En las versiones pre-aprobadas de la DMA (antes de la filtración) se hacían demandas claras, que obligan a las empresas tecnológicas de gran tamaño a compartir la información de los usuarios con la competencia, a eliminar las restricciones de las Apps nativas, haciendo que cualquier app pueda eliminarse; prohibía de manera explícita la promoción de servicios y aplicaciones propios sobre los de la competencia, entre otras.
De no cumplir en los plazos designados, las empresas con presencia en Europa pueden estar enfrentando a cargos de hasta el 10% de sus ventas anuales mundiales (Si, mundiales).
Polémica sobre la carga lateral en el DMA
Un punto clave y bastante polémico sobre la ley, que saldrá probablemente a finales de octubre, se refiere los cambios que propone a la App Store.
En esencia, lo que quieren conseguir es forzar a que Apple abra su sistema operativo para permitir que los usuarios descarguen aplicaciones de internet y que puedan instalar otras tiendas virtuales (sin supervisión o control alguno de Apple).
Además, se fuerza a Cupertino a aceptar que los desarrolladores puedan incluir métodos de pago de terceros en sus aplicaciones y que tengan mayor acceso a los datos de los usuarios para promover una “sana competencia”.
Entendemos que esta es una consecuencia gubernamental por parte de la rigidez de Apple, ante la posibilidad de permitir servicios de terceros en su ecosistema.
Para el gigante tecnológico de Cupertino, sus políticas están justificadas, y han alegado en más de una ocasión que este control estricto sobre la instalación de apps, navegación y datos de los usuarios es lo que les permite ofrecer seguridad, privacidad y verdadera autonomía a los usuarios de tecnologías de la marca.
Abrir el ecosistema tecnológico, representa un riesgo que Cupertino no quiere correr, al punto de estar dispuesto a pagar millones de euros al día en multas, solo por no ceder ni un centímetro en sus restricciones.
Extensión de las filtraciones: Navegación
En los documentos supuestamente filtrados de la DMA se extiende aún más la argumentación en contra de las limitaciones de navegabilidad, afectando de manera directa a Apple nuevamente.
Para quienes no lo sepan, Apple obliga a los desarrolladores de aplicaciones a utilizar un motor de navegación propio, conocido como el WebKit. Este no es el más popular del mercado, pero es básicamente la única oferta moderna que hay aparte de Chromium, el motor de navegación que usan casi todos los navegadores de escritorio actualmente.
Al parecer, el DMA pretende eliminar esta restricción, permitiendo que aplicaciones como Chrome, Edge, Brave y Opera, que funcionan actualmente en el iOS y iPadOS, puedan migrar a la base abierta de Chromium, de Google.
Esto no tiene por qué ser necesariamente malo, bueno, ninguna parte de la ley tiene por qué serlo de manera forzosa, pero es cuanto menos un golpe contundente a la manera de operar de Cupertino.
Extensión de las filtraciones: Interoperabilidad
Otro dato que se ha dado a conocer es el que establece el marco de interoperabilidad amplia, el cual persigue, palabras más, palabras menos, que las aplicaciones de mensajería de texto, de voz y videollamadas puedan funcionar, bajo ciertas circunstancias, junto a las apps de la competencia.
De esta manera, si aplicaciones como WhatsApp o Messenger lo solicitan, Apple estaría obligada a ofrecer conexión directa y cifrada de extremo a extremo con FaceTime o iMessage.
De no hacerlo en el tiempo establecido Apple se enfrentaría a sanciones millonarias o desinversión forzada en Europa.
Extensión de las filtraciones: Control de servicios asistenciales
Otro apartado de la DMA obligará a Cupertino a permitir que los usuarios puedan elegir el asistente de terceros de su preferencia en el momento que lo invoque por primera vez.
Es decir que Siri, podría ser fácilmente sustituido por un asistente de la competencia, si el usuario así lo decide.
De esta manera, los asistentes virtuales asociados a los dispositivos tecnológicos ya no tendrán valores predeterminados o restrictivos asociados a sus marcas de origen.
Lo antes mencionado viene muy ligado, además, con otra prohibición de la DMA. Esta vez relacionado con la promoción de productos, en donde se establece que ninguna marca puede promover o beneficiar a sus propios productos sobre los de la competencia cuando ofrecen información como clasificaciones o resultados de búsqueda.
Según la jefa de competencia digital, Margrethe Vestager, podríamos estar viendo la puesta en rigor de la DMA en “algún momento de octubre”.